Ucrania acepta la previsión del FMI de una brecha de financiamiento mayor de US$ 65 mil millones. Por: Francesco Lovaglio Tafuri
Ucrania reconoce déficit de US$65 mil millones según FMI y busca más apoyo internacional
El gobierno de Ucrania ha aceptado la evaluación del Fondo Monetario Internacional (FMI) que eleva la brecha de financiamiento del país hasta US$65 mil millones para cubrir necesidades hasta finales de 2027. La cifra duplica las estimaciones iniciales y refleja el costo creciente de sostener al Estado en medio de la invasión rusa, la inflación y la lenta reconstrucción. Esta aceptación marca un giro de realismo para Kiev y obliga a acelerar la búsqueda de compromisos más firmes por parte de donantes y acreedores internacionales.
Una brecha que se amplía
En un primer momento, las autoridades ucranianas habían calculado que la ayuda necesaria para mantener la estabilidad económica hasta 2027 rondaba los US$38 mil millones. Sin embargo, el FMI, tras revisar el impacto prolongado de la guerra, ajustó la cifra casi al doble. El nuevo cálculo incluye gastos imprevistos en defensa, reconstrucción de infraestructura, apoyo social, salud y educación.
Aceptar esta proyección implica que Ucrania ya no puede apoyarse únicamente en sus estimaciones internas. La presión para cerrar la brecha recae en compromisos externos y en la capacidad de reformar sus presupuestos internos para priorizar los gastos más urgentes.
Factores detrás del ajuste
El FMI consideró múltiples factores al elevar la estimación:
Guerra prolongada: los daños en infraestructuras estratégicas como energía, transporte y vivienda son mayores a lo esperado y requieren desembolsos constantes.
Presión inflacionaria: la inflación encarece importaciones y eleva los costos de reconstrucción y servicios básicos.
Moneda debilitada: la depreciación de la hryvnia reduce la capacidad de pago y obliga a más apoyo externo.
Apoyo internacional desigual: aunque los aliados han enviado ayuda, existen retrasos, compromisos parciales y condiciones que limitan la disponibilidad inmediata de fondos.
El resultado es un presupuesto nacional incapaz de sostener las necesidades mínimas sin un refuerzo financiero mucho mayor.
Implicaciones para el gobierno ucraniano
Aceptar la estimación del FMI significa que Kiev deberá redoblar esfuerzos diplomáticos para asegurar recursos adicionales. El presidente Volodímir Zelenski y su equipo económico tendrán que negociar no solo con el FMI, sino también con la Unión Europea, Estados Unidos, el Banco Mundial y otros donantes multilaterales.
Esto también obliga a un reajuste interno:
Priorización de gasto militar y de servicios básicos.
Suspensión de proyectos no esenciales.
Mayor transparencia para garantizar la confianza de los donantes.
Creación de marcos legales que faciliten la absorción de ayudas y préstamos internacionales.
Riesgos si no se logra cerrar la brecha
Si Ucrania no consigue cubrir el déficit de US$65 mil millones, podrían producirse graves consecuencias:
Servicios públicos en riesgo: salud, educación y transporte sufrirían recortes drásticos.
Reconstrucción estancada: la reparación de carreteras, hospitales y centrales eléctricas quedaría paralizada.
Mayor endeudamiento caro: recurrir a deuda no concesional encarecería el servicio de la deuda futura y limitaría la capacidad de inversión.
Impacto social profundo: el desempleo, la pobreza y la migración podrían aumentar, generando inestabilidad social y política.
El papel del FMI y la comunidad internacional
El FMI, al establecer esta nueva previsión, busca alinear las expectativas de Ucrania con la realidad financiera y preparar a los países aliados para comprometer mayores recursos. La Unión Europea ya ha destinado paquetes de ayuda, pero podrían ser insuficientes. Estados Unidos también ha aprobado partidas, aunque condicionadas a debates internos en el Congreso.
La comunidad internacional deberá decidir si está dispuesta a financiar este esfuerzo monumental. De lo contrario, Ucrania podría verse obligada a aplicar medidas de austeridad impopulares en plena guerra, debilitando su capacidad de resistencia frente a Rusia.
Qué observar en los próximos meses
Conferencias internacionales de donantes: serán clave para medir la voluntad real de los aliados.
Presupuestos de 2026 y 2027: mostrarán cómo Kiev ajusta prioridades frente a esta brecha.
Reformas exigidas por el FMI: podrían incluir transparencia fiscal, lucha anticorrupción y fortalecimiento institucional.
Clima político internacional: elecciones en países aliados podrían modificar el flujo de apoyo.
Conclusión
El reconocimiento de una brecha de financiamiento de US$65 mil millones es un paso doloroso pero necesario para Ucrania. Supone admitir que la guerra será larga y costosa, y que las finanzas públicas no pueden sostenerse sin un respaldo internacional mucho más fuerte. El desafío será movilizar compromisos reales de los aliados, al tiempo que se mantiene la disciplina fiscal y la confianza de la población.
Si Kiev logra cerrar la brecha con apoyo suficiente, podrá sostener la resistencia, financiar la reconstrucción y preparar un camino hacia la recuperación postguerra. Pero si la ayuda se dilata o resulta insuficiente, la estabilidad económica y social podría verse seriamente comprometida.
(Con información de Francesco Lovaglio Tafuri)
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