La investigación al pujante comprador del Everton FC destapa la fragilidad financiera del fútbol moderno. Por: Francesco Lovaglio Tafuri
La investigación al pujante comprador del Everton FC destapa la fragilidad financiera del fútbol moderno
La reciente acusación de fraude por cerca de US$ 500 millones contra el cofundador de 777 Partners ha encendido las alarmas en el mundo del fútbol profesional. La firma, que en 2023 intentó adquirir la mayoría accionaria del club inglés Everton FC, se ve ahora envuelta en una trama que pone en evidencia cómo las finanzas del deporte rey pueden depender de estructuras opacas, endeudamiento excesivo y capitales de alto riesgo. La caída de la operación sirve de advertencia para clubes, ligas e inversionistas sobre los peligros de asumir activos deportivos sin mayor claridad financiera.
El contexto del intento de adquisición
Everton FC, histórico club de la Premier League británica, atravesaba una situación financiera crítica: años de pérdidas consecutivas, retrasos en el nuevo estadio y presión de la normativa de sostenibilidad financiera de la liga. En ese escenario, 777 Partners ofreció ser la solución perfecta: un acuerdo valorado en cientos de millones para comprar más del 90 % del club. Pero la operación nunca se completó, y pronto surgieron dudas sobre la capacidad financiera y la estructura del comprador.
Las acusaciones y el fraude denunciado
Según fiscales estadounidenses, el cofundador de 777 Partners utilizó la compañía para engañar a prestamistas y socios al garantizar activos que no poseía y alterar estados financieros. Se alega que la firma dobló colaterales por más de US$ 350 millones, prestó dinero para operaciones deportivas sin respaldo claro y vendió participaciones basadas en información falsa. Estos hechos deterioraron su credibilidad como comprador de clubes deportivos y expusieron un modelo de inversión basado más en expectativas que en solidez financiera.
Qué revela este caso sobre el fútbol y sus finanzas
Dependencia del capital externo
Muchos clubes dependen hoy en día de inversores que prometen rescates inmediatos, pero cuya capacidad de cumplir está condicionada al éxito deportivo, al crecimiento de ingresos y a estándares regulatorios exigentes. Cuando el capital externo falla o se retracta, las consecuencias financieras pueden ser severas.
Endurecimiento de la normativa de sostenibilidad
La debacle de la operación con Everton se produjo junto a violaciones al control financiero de la liga y al aplazamiento del nuevo estadio. El caso evidencia que los mecanismos de supervisión existen, pero pueden quedar desbordados si la operación del club se apoya en capitales complejos o poco transparentes.
Riesgos de reputación y gobernanza
Un intento fallido de compra y una firma acusada de fraude generan desconfianza entre patrocinadores, autoridades deportivas y fans. El fútbol, de liga global y exposición masiva, se vuelve vulnerable cuando los dueños o pretendientes no muestran claridad contable o tienen pasivos ocultos.
Impactos potenciales en el corto y mediano plazo
Everton deberá gestionar sus finanzas sin el rescate prometido, lo que podría restringir inversiones, reducir plantilla o generar sanciones por incumplimiento.
Las ligas europeas podrían intensificar controles a los aspirantes a comprar clubes, con mayor énfasis en procedencia de fondos, solvencia y transparencia.
Los inversionistas institucionales pueden volverse más cautelosos al entrar en propiedad de clubes deportivos, limitando flujos de capital fresco.
El fútbol mundial puede estar frente a una regulación más estricta sobre multi-clubes, fusiones y propiedad cruzada, en respuesta a los vacíos que casos como este han revelado.
Qué observar de aquí en adelante
Si Everton logra cerrar un nuevo acuerdo de compra con un comprador que cumpla con los estándares de la liga.
Cómo responderá la regulación británica y europea frente a los tres efectos: fraude, compra fallida, impacto en el club.
Qué cláusulas nuevas se incorporarán en las evaluaciones de idoneidad de los compradores de clubes.
Si otros clubes en situaciones similares toman medidas preventivas para evitar efectos contagio por falta de financiamiento.
El desplome del intento de adquisición de Everton por parte de 777 Partners no es solo una anécdota deportiva: es un espejo de cómo las finanzas del fútbol están expuestas a capitales volátiles, estructuras poco claras y expectativas tan altas como riesgosas. Si el deporte quiere proteger su sostenibilidad, debe exigir desde hoy mayor transparencia, gobernanza estricta y evaluación rigurosa del riesgo financiero. En un mercado globalizado, no bastará con el glamour de la compra de un club: será necesario que la operación esté fundada en patrimonio real, flujo de ingresos y cumplimiento regulatorio.
(Con información de Francesco Lovaglio Tafuri)
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por tus comentarios.